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viernes, 18 de febrero de 2011

Los efectos de las drogas sobre el cerebro

Cocaína, éxtasis, tabaco, alcohol, heroína, psicofármacos... Todas las drogas que pueden provocar dependencia tienen una característica común: aumentan la cantidad de dopamina disponible en una determinada zona del cerebro: el llamado sistema de recompensa.

Una droga cuya estructura molecular se parezca a una sustancia producida de forma natural por el organismo, puede ocupar su lugar en los receptores específicos que el cerebro tiene para tal sustancia.

SINAPSIS
Para pasar de una neurona a otra, la transmisión nerviosa se transforma en mensajes químicos que toman la forma de una sustancia segregada por la neurona: el neurotransmisor. Existen distintos tipos de neurotransmisores: la dopamina, la serotonina, la acetilcolina... que se unen en el cerebro a receptores específicos. El neurotransmisor atraviesa el espacio situado entre dos neuronas, llamado sinapsis. En estos procesos es dónde actúan las sustancias psicoactivas, provocando interferencias de diversa naturaleza.



CONEXIÓN ENTRE DOS NEURONAS

En el interior del cerebro la información circula en forma de actividad eléctrica, llamada transmisión nerviosa; ésta circula desde las dendritas al cuerpo celular, donde son tratadas, antes de pasar al axón.
Existen tres modos de actuación sobre los neurotransmisores, según la naturaleza de las sustancias:

1 Algunas drogas imitan a los neurotransmisores naturales y, por lo tanto, los sustituyen en los receptores: la morfina, por ejemplo, se instala en los receptores de endorfina, y la nicotina, en los receptores de acelticolina;

2 Otras aumentan la secreción de un neurotransmisor natural: la cocaína, por ejemplo, aumenta la presencia de dopamina en la sinapsis, y el éxtasis la de serotonina y dopamina;


3 Otras, en fin, bloquean un neurotransmisor natural: por ejemplo, el alcohol bloquea los receptores denominados NMDA.



El cerebro humano, las regiones cerebrales y los circuitos neuronales

SISTEMA DE RECOMPENSA
Pertenece también al sistema límbico; abarca el área tegmental ventral, es decir el mesencéfalo, que contiene neuronas de dopamina, y el núcleo caudado, donde se
proyectan.

SISTEMA LÍMBICO
El sistema límbico, o cerebro de las emociones, es el lugar donde nacen nuestras reacciones cerebrales más primarias, al igual que la mayoría de nuestros deseos y necesidades vitales, tales como alimentarse, reaccionar ante una agresión o reproducirse. Por ello, existen en el cerebro circuitos cuya función es premiar estas funciones vitales mediante una sensación agradable o de placer. Este sistema se compone, entre otros elementos, del hipotálamo, del hipocampo y de la amígdala.

jueves, 17 de febrero de 2011

ALCOHOL EN EL MUNDO


El mapa de arriba muestra la distribución del consumo de alcohol puro en el mundo. No es que las personas tomen alcohol puro, sino que es la suma del alcohol presente en las bebidas alcohólicas consumidas a lo largo de un año. La marea roja que cubre Asia y Europa son 13 litros o más de alcohol puro por persona por año. Los países de la ex-Unión Soviética son los más afectados, con consumos que alcanzan los 18,2 litros por persona. En el mismo mapa, Argentina aparece en el rango de consumo de 10 a 12,49 litros per capita entre personas mayores de 15 años. El promedio mundial fue de 6,1 litros. Los datos abarcan los años 2003-2005 y fueron publicados el 11 de febrero por la Organización Mundial de la Salud. Sus principales conceptos:
El consumo nocivo de bebidas alcohólicas causa 2,5 millones de muertes cada año (más que el SIDA o la tuberculosis
Unos 320 000 jóvenes de entre 15 y 29 años de edad mueren por causas relacionadas con el consumo de alcohol, lo que representa un 9% de las defunciones en ese grupo etario.
El consumo de alcohol ocupa el tercer lugar entre los factores de riesgo de la carga mundial de morbilidad; es el primer factor de riesgo en el Pacífico Occidental y las Américas, y el segundo en Europa.
                                                               Por Julián Gallo, Jueves 17 Febrero 2011



Autos y alcohol

El informe de prensa de la OMS resalta en un párrafo:

Una proporción considerable de la fracción de la carga de morbilidad atribuible a la ingestión nociva de bebidas alcohólicas está ligada a los traumatismos involuntarios e intencionales, en particular los causados por los accidentes de tránsito (…)
En la Argentina, el 50% de las muertes que se producen en accidentes de tránsito involucran a una persona alcoholizada (2007). Las estadísticas detalladas de otros países son muy elocuentes al relacionar las muertes y heridas de accidentes de autos con el alcohol. Por ejemplo, en el año 2005 en EE.UU murieron 16.885 personas en accidentes que involucraban automóviles y alcohol, lo que representa el 39% de todas las muertes automovilísticas. Por la noche, el 60% de los accidentes tiene relación directa con bebidas alcohólicas (ver estadísticas completas PDF)



El economista Steve Levitt en su libro Superfreakonomics se formuló una pregunta extravagante


¿Por qué la gente se pone al volante después de haber bebido?

Puede ser porque a los conductores bebidos casi nunca los atrapan. Solo se da una detención cada 43.000 kilómetros recorridos conduciendo borracho. Esto significa que podría conducir cruzando EE.UU ida y vuelta tres veces, bebiendo cerveza todo el tiempo, antes de que le hagan parar. Como sucede con casi todas las malas conductas, probablemente la de conducir borracho se podría erradicar si se instituyera un incentivo lo bastante fuerte: controles de carretera al azar, por ejemplo, en los que se ejecutara al instante a los conductores borrachos. Pero lo más probable es que nuestra sociedad no tenga estómago para eso.

Más adelante en Superfrekonomics, un personaje imaginario que ha estado en una fiesta bebiendo, tiene que tomar una decisión clave, volver a su casa conduciendo su auto, o volver caminando. Decide volver a pie, su casa se encuentra apenas a un kilómetro y medio.
Pero ¿debería hacerlo? Todos sabemos que conducir borracho es sumamente peligroso, pero ¿qué me dicen de caminar borracho? ¿Es tan fácil la decisión? Veamos algunas cifras. Cada año, más de mil peatones borrachos mueren en accidentes de tránsito. Se bajan de las aceras en las calles de las ciudades; se tumban a descansar en las carreteras rurales; se lanzan como locos a cruzar autovías muy transitadas. Comparado con el número total de personas que mueren cada año en accidentes de tránsito relacionados con el alcohol -unas 13.000- el número de peatones borrachos muertos es relativamente pequeño. Pero cuando decides si vas a caminar o a conducir, lo que cuenta no es el número total. La pregunta relevante es esta: en relación con los kilómetros recorridos, ¿es más peligroso conducir borracho o caminar borracho?
El norteamericano promedio camina unos 800 metros por día fuera de sus casa o de su lugar de trabajo. Hay unos 237 millones de norteamericanos mayores de dieciséis años; contándolo a todos, la gente en edad de conducir camina cada año unos 69.0000 millones de kilómetros. Si suponemos que uno de cada 140 de esos kilómetros se anda borracho -la misma proporción de kilómetros que se conducen borracho-, cada año se caminan en estado de embriaguez 490 millones de kilómetros. Haciendo las cuentas, se descubre que, kilómetro a kilómetro, un peatón borracho tiene ocho veces más probabilidades de morir que un conductor borracho.



Fuente: Diario la Nación

viernes, 11 de febrero de 2011

El alcohol

Un informe de la Organización Mundial de la Salud concluyó que un 4% de los decesos a nivel mundial corresponden al abuso de la bebida.
Pidió a los gobiernos por mayores políticas de control.


El aumento de los ingresos llevó a beber más en países muy poblados de África y Asia, incluidas India y Sudáfrica, y el consumo excesivo de alcohol se convirtió en un problema en muchas naciones desarrolladas, advirtió hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Frente a esto, se reveló que el alcohol causa casi un 4% de las muertes en todo el mundo, más que el sida, la tuberculosis o la violencia.
Las políticas de control de la alcoholemia siguen siendo frágiles y no figuran entre las prioridades de muchos gobiernos a pesar del fuerte impacto del alcohol en la sociedad a través de los accidentes de tránsito, la violencia, las enfermedades, el maltrato infantil y el ausentismo laboral, indicó la OMS.
Aproximadamente 2,5 millones de personas mueren cada año de causas relacionadas con la ingesta de alcohol, dijo el organismo en su Informe Global sobre el Alcohol y la Salud.


“El perjudicial consumo de alcohol es especialmente fatal para los grupos más jóvenes y el alcohol es el principal factor de riesgo en el mundo de la muerte de varones entre 15 y 59 años“, señaló el reporte.
En Rusia y los Estados Independientes de la Commonwealth (EIC), uno de cada cinco fallecimientos se debe al alcohol, el índice más alto.
El consumo excesivo, que a menudo conlleva comportamientos de riesgo, es ahora prevalente en Brasil, Kazajistán, México, Rusia, Sudáfrica y Ucrania y está aumentando en todas partes, según la OMS.
“A nivel mundial, alrededor de un 11 por ciento de los bebedores han tenido episodios fuertes con la bebida cada semana, con los hombre superando en número a las mujeres por cuatro a uno”, señaló el estudio.
“Los hombres siempre participan en el consumo de riesgo a niveles mucho más altos que las mujeres en todas la regiones”, agregó.
Los ministros de Salud de los 193 estados miembros de la OMS acordaron en mayo del año pasado intentar frenar las borracheras y otras crecientes formas de consumo excesivo de alcohol a través de impuestos mayores a las bebidas y más restricciones de comercialización.



Enfermedades y lesiones

El alcohol es un factor causal en 60 tipos de enfermedades y lesiones, según indica el primer informe de la OMS sobre este vicio desde el 2004.
Su consumo ha estado vinculado a la cirrosis del hígado, la epilepsia, las intoxicaciones, los accidentes de tránsito, la violencia y varios tipos de cáncer, incluidos el colorrectal, el de mama, el de laringe y el de hígado.

“Seis o siete años atrás, no teníamos una fuerte evidencia de una relación causal entre el consumo de alcohol y el cáncer de mama. Ahora la tenemos”, señaló Vladimir Poznyak, responsable de la unidad de abuso de sustancias de la OMS que coordinó el informe.
Las tasas de consumo de alcohol varían enormemente desde altos niveles en los países desarrollados a los más bajos en el norte de África, la región de África subsahariana y el sur de Asia, cuyas grandes poblaciones musulmanas se abstienen a menudo de beber.
El alcohol de producción casera o ilegal -que elude los controles gubernamentales y los impuestos- supone casi el 30 por ciento del total del consumo adulto a nivel mundial. Y algunas de esas bebidas son tóxicas.

En Francia y otros países europeos con altos índices de consumo adulto per cápita, los episodios de ingesta excesiva de alcohol no son tan frecuentes, lo que sugiere patrones de bebida regulares pero más moderados.

Según la OMS, beber moderadamente puede tener un efecto beneficioso en la enfermedad cardíaca y el accidente cerebrovascular (ACV).

“Sin embargo, el benéfico efecto protector del alcohol para el corazón desaparece en los casos de ingesta excesiva”, indicó la agencia.

Una de las maneras más efectivas de frenar el consumo de bebidas alcohólicas, especialmente entre los grupos más jóvenes, es elevar los impuestos, señaló el informe.

Establecer límites de edad para comprar y consumir alcohol y regular los niveles de alcoholemia en los conductores también reduce el abuso si se aplican.

                            
Algunos países también prohíben la publicidad de bebidas alcohólicas o el patrocinio de la industria en los eventos deportivos.

“Todavía no hay muchos países que usen éstas u otras políticas efectivas para prevenir las muertes, las enfermedades y las lesiones atribuibles al consumo de alcohol”, sostuvo la OMS.


Fuente: Reuter