FILOSOFIA DE REGRESO A CASA
El arte de escoger la vida
La vida es proyecto, tarea, llamada y don.
Escoger «mi» vida supone elegir a qué o a quién quiero dar mi vida.
Implica, primero, que mi vida es mía y, segundo, que puedo darla, perderla,
sólo si es mía; y al darla me doy, me pierdo y, tal vez gozosamente, me
encuentro.
Escoger mi vida es difícil. Primero hay que acoger la vida, asumir la
vida; segundo, identificar la autenticidad de «mi» vida. La necesidad de
identificación racional y afectiva exige diálogo, confrontación, comunicación
y soledad. Escoger mi vida exige decir Sí y NO. Decidirse a habitar la
propia vida es escoger el camino de ser feliz sabiendo que por la vida
pasa el dolor y el gozo, y que no puedo huir de mi propia vida cuando
aparece el fantasma del dolor, ni puedo alienarme en
el supuesto gozo. No es fácil saber gozar ni saber sufrir viviendo en
coherencia y en fidelidad a uno mismo y a las causas a las que he
entregado mi vida. Escoger mi vida es un imperativo de la persona madura,
pero sabiendo que es relativo a tiempos, crisis, momentos; es importante
saber desdramatizar. Elegir sin grandilocuencias que desfigurarían la
verdadera talla de mi vida, importante pero no absoluta.
Escoger es el prólogo de una existencia auténtica; pero por elegir no me
voy a convertir en el ombligo del mundo. La obsesión autorrealizadora
muchas veces me lleva a erigir un monumento a mi propio yo, y entonces,
más que escoger mi vida, estoy escogiéndome a mí, aun a riesgo de no vivir
ni vivirme.
El perfeccionanismo es una incapacidad de elegir. Es verdad que en la cultura
actual tenemos tan inmensa pluralidad de modelos que dificultan una
coherente elección.
Pero, al mismo tiempo que la dificultan, la posibilitan como libre. Es
decir, la pluralidad de modelos hace difícil el acto de escoger, pero me
garantiza que la elección será exactamente, o lo más aproximadamente
posible, lo que yo quiero para mí.
Es más fácil comprar en la tienda del pequeño pueblo que en el gran
almacén de la ciudad; y, sin embargo,
aunque sea más fácil elegir, no por eso es más fácil acertar. Escoger
mi vida es escoger las conductas, la acción que más autenticidad acarree
en el diálogo con la realidad, en un diálogo que me dará información sobre
mis capacidades, motivaciones, valores. Escoger la acción a sabiendas de
que soy más grande que mi acción, que mi vida no cabe en mis hechos aunque
se exprese a través de ellos.
Centro Ambulatorio de Rehabilitación en Adicciones
Terapia Individual y Grupal
Atención de profesionales
Talleres
Asociación Civil Regreso a Casa
San Luis Capital
Cel.: 2664323950
Tel.: 4441473
E-mail: regresoacasa07@gmail.com
www.regresocasa@blogspot.com
facebook: regreso a casa
viernes, 30 de noviembre de 2012
Educar
No
educas cuando impones tus convicciones, sino cuando suscitas convicciones
personales.
No educas cuando impones conductas, sino cuando propones valores que motivan.
No educas cuando impones caminos, sino cuando enseñas a caminar.
No educas cuando impones el sometimiento, sino cuando despiertas el coraje de ser libres.
No educas cuando impones tus ideas, sino cuando fomentas la capacidad de pensar por cuenta propia.
No educas cuando impones el terror que aísla, sino cuando liberas el amor que acerca y comunica.
No educas cuando impones tu autoridad, sino cuando cultivas la autonomía del otro.
No educas cuando impones la uniformidad que adocena, sino cuando respetas la originalidad que diferencia.
No educas cuando impones la verdad, sino cuando enseñas a buscarla honestamente.
No educas cuando impones un castigo, sino cuando ayudas a aceptar una sanción.
No educas cuando impones disciplina, sino cuando formas personas responsables.
No educas cuando impones autoritariamente el respeto, sino cuando lo ganas con tu autoridad de persona respetable.
No educas cuando impones el miedo que paraliza, sino cuando logras la admiración que estimula.
No educas cuando impones información a la memoria, sino cuando muestras el sentido de la vida.
No educas cuando impones a Dios, sino cuando lo haces presente con tu vida.
EDUCAR ES DESPERTAR PERSONAS
Rene J. Trossero.
No educas cuando impones conductas, sino cuando propones valores que motivan.
No educas cuando impones caminos, sino cuando enseñas a caminar.
No educas cuando impones el sometimiento, sino cuando despiertas el coraje de ser libres.
No educas cuando impones tus ideas, sino cuando fomentas la capacidad de pensar por cuenta propia.
No educas cuando impones el terror que aísla, sino cuando liberas el amor que acerca y comunica.
No educas cuando impones tu autoridad, sino cuando cultivas la autonomía del otro.
No educas cuando impones la uniformidad que adocena, sino cuando respetas la originalidad que diferencia.
No educas cuando impones la verdad, sino cuando enseñas a buscarla honestamente.
No educas cuando impones un castigo, sino cuando ayudas a aceptar una sanción.
No educas cuando impones disciplina, sino cuando formas personas responsables.
No educas cuando impones autoritariamente el respeto, sino cuando lo ganas con tu autoridad de persona respetable.
No educas cuando impones el miedo que paraliza, sino cuando logras la admiración que estimula.
No educas cuando impones información a la memoria, sino cuando muestras el sentido de la vida.
No educas cuando impones a Dios, sino cuando lo haces presente con tu vida.
EDUCAR ES DESPERTAR PERSONAS
Rene J. Trossero.
Etiquetas:
filosofia de regreso a casa
Suscribirse a:
Entradas (Atom)