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sábado, 26 de marzo de 2011

ADICCIONES. ¿CULTURA O CONTRACULTURA?


Para hablar en estos tiempos postmodernos, del consumo de drogas; entendiéndose por consumo el uso, abuso y adicción, se hace necesario la búsqueda de nuevos paradigmas. Reviste la necesidad imprescindible de analizarlo desde la perspectiva de la complejidad.

Complejidad entendida desde una mirada que trascienda lo individual hacia lo social, de lo subjetivo a lo intersubjetivo. Como entretejido social, donde la confluencia de hilos que forman la trama de esta tela nos lleve al análisis de múltiples causas y consecuencias que terminan anudando a un grupo de individuos, cada vez mayor, en un interminable proceso de enfermar.

Uno de los puntos de vista desde la perspectiva de la complejidad es, sin lugar a dudas, el aporte que puede mostrarnos la antropología. La mirada antropológica nos refiere a una diacronía en el uso de sustancias que, la mayoría de las veces, coincide con muchos aspectos de los registros históricos y culturales. No obstante, creemos necesario establecer cortes sincrónicos, que a modo de análisis, nos permita observar épocas determinadas, como también momentos liminares, desde donde ya nada vuelve a ser lo mismo.

Es así, como este entramado debe ser visto desde los nudos de la red y, desde cualquiera de ellos, ir ampliando la mirada hasta lo más abarcativo posible, siempre estableciendo una relación reversible, evitando, de esta manera, quedarnos en un reduccionismo inoperante.

En este análisis sincrónico, a los efectos de este trabajo, hemos tomado los géneros musicales de algunos periodos contemporáneos que, a través de la metáfora y la metonimia de sus letras, lo simbólico de su música, el mensaje corporal de su danza y la expresividad de su canto, se han convertido en testigos socio culturales y socio psicológicos que, sin descuidar los aspectos religiosos, endoculturales, educativos, etc., nos sitúan en un Kairos o común unidad de percepción en un tiempo y espacio determinado.

Los géneros musicales, muchas veces han sido la expresión cultural con la que se defendían los excluidos de los poderes establecidos como puede observarse, por ejemplo, en las llamadas “canciones de protesta”. Del mismo modo, y en el mismo momento histórico, desde las corrientes conservadoras, estas expresiones musicales han sido vistas como un atentado contra la cultura.

Es así, como la mayoría de las veces, en este entretejido social ajustado, se termina por restringir las oportunidades y posibilidades de amplios sectores, generando el fenómeno de la expulsión y/o exclusión social, cuyo producto es un sujeto vulnerable.

Un sujeto vulnerable, en este sentido, es un individuo sin posibilidades de representación en su cultura, dando origen a las nuevas subjetividades que se han resistido a los avasallamientos históricos y sistemáticos de sus derechos.

La cultura imperante, por su parte, ha generado políticas que han impulsado y permitido los avasallamientos históricos y sistemáticos de los mismos derechos reclamados.

En este sentido, las “problemáticas actuales”, no suponen ya la consideración de las producciones mórbidas en salud mental (adicciones, psicopatías, sociopatías, etc.); sino un posible paradigma planteado como la antinomia “Cultura – Contracultura”.

Creemos necesario destacar que el trabajo en adicciones a sustancias, reviste, entonces, la necesidad de ser abarcado por múltiples miradas de análisis y múltiples acciones tendientes a dar diferentes modalidades de respuesta, contención y recuperación.

Consideramos que una de las formas de comprender esta difícil problemática es un estudio socio cultural histórico, donde las diferentes manifestaciones del arte se constituyen en testigos de la sociedad en determinados momentos de la historia. Los distintos géneros musicales, en la complejidad de sus multiples expresiones que comprenden la melodía, ritmo y armonía junto a la poesía, el canto y la danza pueden ser tomados como representativos entre tantas otras manifestaciones.

A continuación, como ya lo hemos manifestado, daremos cuenta de algunos géneros musicales que expresan, muchas veces, lo que podría pensarse como un proselitismo y hasta una apología de las adicciones y paradojalmente en otras, se alerta sobre los resultados del consumo y muestran una mirada compasiva y dramática del deterioro producido.

Partimos de la idea que la música es una de las manifestaciones culturales más potente, repetida y atendida, que devela contenidos de la cultura explícitos e implícitos. En ella se vinculan lo religioso, las fiestas paganas, creencias e ideologías, configurando culturas y subculturas, entre ellas las de el uso y abuso de sustancias.

De esta manera se puede establecer relaciones entre estilos musicales y pautas de consumo de drogas, creando sus respectivos códigos de identificación como generación y como grupo.

Sin lugar a dudas, resultaría extenso y por demás pretencioso, tratar de analizar, en su globalidad, la música que se escucha en cada grupo etario y en particular los jóvenes (sector más vulnerable). Nos encontraríamos con un campo extensísimo, diverso e inabarcable con pocas cosas en común a menos que lo seccionemos, reduciéndolo en partes, como lo es el análisis de diversos géneros musicales.

La cultura de la droga presenta su propia escala de valores, los cuales encuentran en la música un apropiado vehiculo de transmisión. Estos valores han ido pasando a través de la historia, mediante palabras y sonidos que en un proceso de constante transformación cultural, guardan un significado especial para aquel que consume sustancias adictivas, reafirmando su elección de droga, su forma y ritual de consumo y comportamiento de su grupo de referencia.

Por otro lado, no podemos negar el aspecto subjetivo e individual de quien consume, quien puede asociar cierto estilo musical a la droga, induciendo a la experiencia de intoxicación, sin que la misma haga alusión a ello.

La droga encuentra su manifestación en los distintos estilos musicales de manera diversa.

La coca y la marihuana se mencionan en la música del altiplano y el reggae como plantas para la sanación de los pueblos, poseedora de una energía divina: amor, felicidad, paz, iluminación. Por lo tanto su uso queda supeditado a las pautas y ritos espirituales.

En todo el noroeste argentino la descripción del consumo de hojas de la planta de coca, está vinculada con el área religiosa y sociocultural andina y se halla presente en algunas coplas populares. La hoja de coca no puede considerarse una droga, pero es indudable que en su estado natural tiene efectos estimulantes y de supresión del sueño que, unidos a su linaje mítico y a su centralidad ceremonial, la transforman en un elemento nodal de la existencia ancestral y contemporánea de los habitantes del NOA.

“Dice la leyenda que Pacha Mama (la madre tierra) regaló la hoja de coca al pueblo andino para que soportase la tristeza, el hambre y el dolor en tiempos de esclavitud. Según la leyenda, la hoja de coca daba al pueblo andino luz para la mente, alimento para el cuerpo y consuelo para el dolor. Pero si el verdugo extranjero la tocaba... ¡para él sólo sería un veneno que le traería la locura! “




LA LEYENDA DE LA COCA

Los sabios hombres
que miran más allá del resto de su pueblo
cuando llegan los malos tiempos,
el invierno,
son recogidos por Dios
como semillas buenas
para sembrar en ellos.

Y a través de ellos en los hombres,
los alimentos que corresponden
a la nueva era a vivirse.

Alimentos para el cuerpo y para el espíritu.
Pues el espíritu se nutre
de conocimiento, de conciencia.

Así cuando el conquistador del norte
envuelto en sus hierros,
vino a conquistar un ser,
un pueblo nacido en el Ande,
en las montañas
templos naturales a Dios,
un escogido entre los sacerdotes
en un atardecer rojo sangre
escuchó la voz interna de EL
que habla así:

Amo mucho a mi hijo, a tu pueblo
porque obedeció mi mandato
y se mantuvo puro.
También por eso lo doté
de mucha sabiduría;
pero ahora el resto
de mi rebaño allende tu mundo
ha llegado.

No solo en cuerpo,
también en espíritu.
Por eso tus hermanos
están peleando entre ellos.
Los buscadores de oro ya están aquí
para oprimir el corazón
y clavar sus espinos de hierro en la carne.

Pero no debes olvidar que el dolor
es el receptáculo de la felicidad,
ella penetra en el corazón
por el camino que ha abierto el dolor.

Los tiempos que tocan vivir son esos.
Cavarás en el corazón de la tierra tu camino
como el gusano hace para sacar el oro y la plata
(dioses de barro que ha construido el hombre).

Pero en el fondo de esa búsqueda hallarás
las tinieblas y te perderás en ellas
y eso te hará ansiar la luz que quedo atrás.

Así mientras más desciendan
más ansias tendrán de subir
y podrán llegar a mi.

La pureza de tu corazón me ha conmovido
y por eso, para luchar contra la tiniebla
que yace en el fondo de la Pachamama
para soportar el frío, el hambre
y la tristeza de los corazones
separados de tu padre,
te daré un regalo para tus hermanos.

Sube a aquel alto cerro
donde encontrarás una pequeña planta,
pero de mucha fuerza.

Guarden con amor sus hojas
y cuando sientan dolor en su corazón,
hambre en su carne
y oscuridad en su mente...
llévenlas a su boca
y con dulzura extraigan su espíritu
que es parte del mío.

Obtendrán amor para su dolor
alimento para su cuerpo
y luz para su mente.

Y aún más...
observa el baile de esas hojas
con el viento y obtendrás respuestas
para tus preguntas.

Pero si tu verdugo llegado del norte,
el conquistador blanco,
el buscador de oro la tocara,
sólo encontrará en ella
veneno para su cuerpo
y locura para su mente.
Porque su corazón está tan endurecido
como su espada y su vestido de hierro.


Y cuando la COCA,
que es así como la llamarás,
intente ablandarlo,
sólo logrará romperlo
como los cristales de hielo
formados de las blandas nubes
que destruyen las rocas
y demuelen las montañas.

Antonio Díaz Villamíl







La vida me enseñó a ser
natural y honesto
ver el mundo desde un plano espiritual,
ahora sólo busco un amor verdadero
mis errores ya los tuve que pagar
escapo al río, ahí marihuana
puedo fumar
si tu vienes conmigo yo resistiré
a meditar sobre música
y pensar en dios
tú piel morena me da inspiración

...música reggae que puedes cantar

música reggae que puedes bailar

música reggae que te hace pensar...

Godwana- Sentimiento Original



En tanto la cocaína, alcaloide que se extrae de su hoja, habiendo pasado por un proceso de laboratorio, es considerada una de las drogas ilegales mas perjudiciales para la salud publica.

Estos contenidos culturales ancestrales dieron luego lugar a nuevas culturas y/o contraculturas, con un significado del uso de la sustancia absolutamente diferente.

Podemos observar que en muchos géneros musicales se hace alusión a la misma de un modo sutil o encubierto, utilizando lenguaje poético y hasta romántico, metáforas, metonimias y comparaciones (tango, rock, pop, etc.). En otros, sin embargo, puede percibirse un lenguaje duro, descripción de historias crudas, remarcando procesos de deterioro y exclusión (punk, cumbia villera, etc.).



"Los hippies empezaron el movimiento ecológico. Combatieron el racismo. Se liberaron de los estereotipos sexuales, alentaron el cambio, el orgullo individual y la confidencialidad. Cuestionaron el materialismo robótico. En cuatro años se las arreglaron para detener la guerra de Vietnam. Lograron que la marihuana sea descriminalizada en catorce estados durante la administración Carter”.

Timothy Leary



Algunos hacen mención a las consecuencias del consumo de las sustancias, particularmente orgánicas, como el rock o la cumbia. Es común en estos casos que se banalice la droga como problema o que, por lo menos, se trate el tema con cierta ambigüedad.

En otras ocasiones se manifiestan de manera determinante a favor del consumo de sustancias, incitando a su consumo, mencionando efectos y consecuencias positivas o sugiriendo su normalización y legalización. Ligado a ellos surgen temas asociados como la delincuencia, marginalidad, etc.

Los "villeros", adelantados en el reconocimiento de la lógica del poder y la disolución de la lógica de la esperanza, sólo pueden autoafirmarse culturalmente, y lo hacen a través de lo inmediatamente compartible y por ende con un fuerte poder reproductivo.

El surgimiento de la cumbia villera puede compararse con el del tango. Crece como soto voces hasta hace poco inaudible. Sus “creaciones” celebran las existencias precarias de las villas y sus habitantes, el sexo libre, la alegría del sábado nocturno, la “necesidad” del delito sin códigos y la traición constituyen el límite y el margen de la auto justificación sectorial.

En la gramática poética y lingüística no cabe suponer analfabetismo ni carencia de lo estético, sino creación de neologismos y lenguajes expresivos de los pobres de toda pobreza, incluidos en ella, los significados y significantes. Lo que las letras dicen es lo que la realidad impone que digan.





y ahora esta más loco que un marciano,
su mamá esta más preocupada



y el más duro que una porcelana
y como quien no quiere la cosa,
meta vino, palo y a la bolsa,
no tomés, no tomés sino sabés tomar,
no tomés, no tomés te esté pegando mal,
ese pibe esté de la cabeza,

antes era un pibe resano,
y ahora esta más loco que un marciano
y así no podia seguir..
y se fue a pegar a San Martin,
a Corea, o a La Cárcova,
a comprar de la que toma Maradona,
la que tomaba Maradona.

                                          Damas Gratis



EL GUACHO CICATRIZ

Entre ratas y basura,
al costado de la villa,
en una sucia casilla,
vive el guacho Cicatriz.
Cuando sabe de un afano
corre a la comisara,
todos saben que es ortiba,
buche de la Federal.

Buchón, buchón, buchón,
por unas monedas nos delatás.
Alto buche resultaste ser,
éramos amigos y ahora nos vendés.

Buchón, buchón, buchón,
por unas monedas nos delatás,
ahora vamos rumbo a tu casilla,
porque esta noche la vamos a quemar.

                                   Los Pibes Chorros



LA COLCHA SUCIA

La colcha de tu hermana,
ya no quiere más.
está muy usada,
y lo está por demás.
se la ve muy sucia,
y con muy mal olor.
no le falta cariño,
pero le falta jabón.

Anda a lavarte bien
la colcha porque está muy sucia
y con muy mal olor.
anda a lavarte bien
la colcha lavala con agua,
cepillo y jabón.

                            Yerba Brava



Lukié unos pesitos,
para unos fasitos
y me compré un papel,
me fui a lo del transa,
se puso en ortiba,
no me quería atender,
¿en qué te ponés?,

por eso yo estaba enroscado,
molesto, cargoso,
tal vez te ponés en transa
lukiás la balanza y me cortás el papel,
transa, en qué te ponés,
yo te ví caer todo mal,
en mi cuatro y medio la balanza,
te voy a zarpar.

                               Damas Gratis



SOY BORRACHO

¡¡¡Adónde están los borrachos!!!
¡¡¡Adónde están los borrachos!!!
que vienen a geder, que vienen a tomar,
toda la noche no paran de bailar.
¿Adónde están?, que levanten las manos,
¿adónde están?, vamos todos chiflando,
¿adónde están?, que levanten las manos,
¿adónde están?, vamos todos chiflando...

Borracho soy, no importa lo que digan,
no me rescato, yo me tomo la vida,
borracho soy, no cambio más,
toda la noche yo voy a gedentear.
Y todos los borrachos... ¡¡¡con las manos arriba!!!
¡Esto es Yerba Brava!

                                            Los Pibes Chorros




 
Es común identificar letras que vinculan estrechamente el consumo de drogas y un estilo particular de vida y de sociedad. Resaltando las drogas como algo cotidiano, frecuente o insertado en la vida cultural. En muchas circunstancias se culpa a una determinada estructura social, adoptando la forma de protesta reivindicativa a partir de la transgresión, provocación y descontento.

Podemos decir que la realidad social, a la que era sometido el gaucho con la marginación, la pobreza, el reclutamiento para servir en las campañas genocidas de los indios y la apropiación de sus territorios y pertenencias, proporcionó la materia prima para las primeras creaciones poéticas y musicales que abrevaron en la temática del “delito” y la exclusión como cuestiones centrales de la vida del habitante del territorio argentino.

La literatura (Martin Fierro) y el folklore (Coplas del payador perseguido) hablan del sufrimiento del gaucho, de la rebelión y el afán de justicia (bandidos rurales).

Las simpatías con el desposeído, con el “marginado por la ley” y con quien enfrenta a los poderes establecidos, constituyen, por ende, casi un lugar común del consumo en la producción folklórica argentina.

La apelación al vino es, en el folklore argentino, el modo de referirse a un reino de positividades que sirven como soporte semántico general de las cosas rescatables que tiene la vida del hombre simple.

Esta defensa se despliega, invariablemente, sobre el sustento de una imagen picaresca de los efectos generales del consumo de alcohol, confesión de sentimientos, la demostración de las pasiones, el olvido o el coraje y a una visión deliberadamente aceptada de la vida disipada.



FOLKLORE VINO
Nervioso, pero sin duelo
A toda la concurrencia
Por la mala voz suplico
Perdón y condescendencia.
Con mi cara de ataúd
Y mis mariposas viejas
Yo también me hago presente

En esta solemne fiesta.
¿Hay algo, pregunto yo
Más noble que una botella
De vino bien conversado

Entre dos almas gemelas?
El vino tiene un poder
Que admira y que desconcierta
Transmuta la nieve en fuego

Y al fuego lo vuelve piedra.
El vino es todo, es el mar
Las botas de veinte leguas
La alfombra mágica, el sol
El loro de siete lenguas.
Algunos toman por sed
Otros por olvidar deudas
Y yo por ver lagartijas
Y sapos en las estrellas.
El hombre que no se bebe
Su copa sanguinolenta
No puede ser, creo yo
Cristiano de buena cepa.
El vino puede tomarse
En lata, cristal o greda

Pero es mejor en copihue
En fucsia o en azucena.
El pobre toma su trago
Para compensar las deudas
Que no se pueden pagar
Con lágrimas ni con huelgas.
Si me dieran a elegir
Entre diamantes y perlas

Yo elegiría un racimo
De uvas blancas y negras.
El ciego con una copa
Ve chispas y ve centellas
Y el cojo de nacimiento
Se pone a bailar la cueca.

El vino cuando se bebe
Con inspiración sincera
Sólo puede compararse
Al beso de una doncella.

Por todo lo cual levanto
Mi copa al sol de la noche
Y bebo el vino sagrado
Que hermana los corazones.

                           Nicanor Parra





Como otra línea genealógica se configura con su argot, el lunfardo, con el fin de hacer referencias al robo y al delito ya inmerso en el ambiente urbano del siglo XX. En primer lugar, el tango muestra, en varias de sus composiciones, una alusión directa a este fenómeno y el de la marginalidad y exclusión suburbana que se afianza con la generación del 80.

El tango también ha sido prolífico en esta temática y por las tempranas alusiones a la cocaína y la morfina, que forman parte de la primera generación de canciones, que bien podríamos llamar de protesta.

El surgimiento mismo del género está marcado por el contexto prostibulario en el que la cocaína y el alcohol son solo un ingrediente más de la evasión - diversión social de los marginados por un lado, de los hombres de “casas bien” y las mujeres de “casas mal” por el otro.

Ciertas drogas marcan, para el tango, no solo la caída en el “vicio”, sino el refinamiento o el ingreso en un mundo social de alto poder adquisitivo.

El tango despliega concepciones moralizantes a partir de la descripción de los efectos y consecuencias de las drogas como generadoras de desajustes y sufrimientos. Lo interesante, en la actualidad, es corroborar que ya hay un piso temático y un catálogo de situaciones que la memoria colectiva atesora.



Te acordás hermano, ¡qué tiempos aquellos!;
eran otros hombres, más hombres los nuestros
no se conocía cocó ni morfina
los muchachos de antes no usaban gomina.

Manuel Romero y Francisco Canaro


“Tiempos viejos”

Hoy sos una de tantas
que por la vida rueda
tus risas y tus sedas
cual piedras falsas van
desparramando audaces
un brillo que fascina
en noches de morfina
de pócker y champán.

Francisco García Jiménez


“Lo que fuiste”
Te declaraste milonga fina
cuando anduviste con aquel gil
que te engrupía con cocaína
y te llevaba al Armenonville.

  “El Negro” Celedonio Esteban Flores


“Milonga fina”
Pobre taita, cuántas noches
bien dopado de morfina
atorraba en una esquina
campaniao por un botón,
y él, que antes causaba envidia
ahora daba compasión.

José Padilla, Luis Bayón Herrera y Manuel Romero



“El taita del arrabal”
Era una mina bien, era un gran coche
era un Packard placero, era una alhaja:
auto que siempre trabajó de noche
llevando siempre la bandera baja.
Pero un día la droga la hizo suya
y en vez de cargar nafta, echó morfina
y cerrando el escape por la buya
se fajaba debute en cada esquina.

Ayer la vi pasar…iba dopada
y me sentí yo, curda, un Santo Asís
al ver que de su pinta abacanada,
pinta que fuera de auto de parada,
solo queda, cual resto de chocada,
con los cuatro fierritos del chasis.

                       Carlos de la Púa






Desde un punto de vista intersubjetivo, las drogas y el alcohol son concebidas como facilitadores de las relaciones sociales y, en contrapartida, para olvidar y evadirse de una realidad dolorosa.

El alcohol aparece explícitamente más citado en casi todos los ritmos.

En cuanto lo que hace al rock este se logro expandir por el mundo principalmente por un hecho puntual como lo fue la derrota de los Estados Unidos en la guerra de Vietnam. El rock and roll que hunde sus raíces en el rhythm and blues y toma para si el ancestral grito de libertad y no violencia que los africanos reclamaban en tierras americanas se retransmite por el mundo como un modelo contracultural, elementalmente anticonsumista , antibelicista y antipuritano. En este espacio es donde el uso de sustancias tiene lugar como un modo de “experimentar estados nuevos de conciencia” que liberen al individuo de la maquinaria cultural imperante en ese momento en todo occidente.

Es interesante observar como el modelo de vida comunitario hippie esta asociado al uso de drogas, si bien los fundamentos de estas comunas se asentaban en la búsqueda de una nueva sociedad es innegable que las drogas funcionaban como puentes entre los sujetos.




El rock en nuestro país toma su identidad:

“Las pautas eran distintas y opuestas a lo establecido. Las premisas de los rockeros argentinos se apoyaban en nuevos conceptos éticos y estéticos. La idea consistía en tomar el nuevo mensaje musical y cantar en castellano los sentimientos y vivencias de quienes no estaban de acuerdo con el modelo aceptado socialmente. Como reflejo de la beatlemanía los pelos largos comenzaron a aparecer y la imagen externa sufrió cambios notables. Pero el gran cambio no pasaba simplemente por el aspecto: en bares, plazas, pensiones y otros puntos de encuentro, el rock en castellano comenzaba a ser realidad. Allí estaban Javier Martinez, Miguel Abuelo, Tanguito, Pajarito Zaguri y otros que, sin ser músicos, también compartían la flamante filosofía.”

Miguel Grimberg

A contramano de lo que se ha naturalizado dentro las letras tanto del rock nacional como internacional, no fue hasta la década de los 80 con el advenimiento del postmodernismo que el uso y abuso de sustancias fue alentado desde las letras de este tipo de música. Para esta época ya el sentido contracultural del rock se había visto vaciado. Pero sería ingenuo pensar que las drogas no forman parte de la “cultura del rock”.













martes, 22 de marzo de 2011

TRASTORNO DE ANSIEDAD PROVOCADO POR SUSTANCIAS PSICOACTIVAS

El consumo social de algunas sustancias psicoactivas está ampliamente extendido. El consumo de drogas es, con frecuencia, el camino que siguen muchas personas, sobre todo adolescentes, para resolver sus problemas de identidad y buscar una nueva ubicación. En los individuos que acuden a las drogas como forma de búsqueda de un referente, no obtienen el grado deseado y, particularmente si es adolescente, es más probable que se dé una relación entre adicción y ataques de ansiedad (Moral y Ovejero, 2004).


Así mismo, el aislamiento social, el sentimiento de exclusión y el rechazo por parte de los demás provocan altos niveles de ansiedad, alcanzando en la adolescencia niveles más comprometidos, precipitando en ocasiones al adolescente a un aislamiento crónico. Esto parece reducir, cuando no agotar, los recursos para enfrentarse a las situaciones temidas, precipitando, en consecuencia, un sentimiento de indefensión y la probabilidad de convertirse en adictos a drogas de diversos tipos (Spoor y Williams, 2007).

Numerosos trabajos ponen de manifiesto la importante relación existente entre el consumo y el abuso de algunas sustancias y la presencia de problemas de salud relacionados con la ansiedad (Goodwin et al., 2004; Ochoa, 1999; Schuckit, 1992). Sin embargo, es difícil establecer cuál es el papel específico que juega cada sustancia en el inicio, mantenimiento o empeoramiento del trastorno específico de ansiedad. Esto se debe a varios motivos: en primer lugar, la mayoría de las sustancias psicoactivas suelen consumirse en asociación con otras, tal como el alcohol y el tabaco (policonsumo). En segundo lugar, se considera que el comienzo del trastorno de ansiedad podría preceder, en muchas ocasiones, al consumo de la sustancia, o simplemente coincidir en el tiempo. En tercer lugar, existen pocos trabajos de investigación concluyentes sobre la provocación de un trastorno de ansiedad por consumo de sustancias psicoactivas. Finalmente, diferentes patologías pueden ir asociadas al trastorno de ansiedad junto al consumo de sustancias. Como consecuencia de esta comorbilidad, se hace aún más complicado establecer la relación directa entre la sustancia y cada problema en particular.

Si bien se trata de forma específica la relación entre cada grupo de sustancias psicoactivas y la ansiedad, en general se puede considerar que esta asociación permite establecer dos niveles: el del consumo de la sustancia como factor de riesgo o causa del desarrollo de un problema psicológico y el del consumo como consecuencia o efecto de padecer tal problema. El consumo regular y prolongado de una sustancia puede conducir a la aparición de diversas patologías asociadas con trastornos de ansiedad. Por otro lado, el consumo de la mayoría de sustancias que se describen se asocia a contextos lúdico-festivos. Las personas toman esa droga porque quieren divertirse, se sienten más eufóricos, más sociables y desinhibidos (Becoña, 2000). Es posible que algunas personas no sean capaces de disfrutar e interaccionar a nivel social si no consumen alguna sustancia (por ejemplo, el alcohol) o bien tengan dificultades para afrontar sus problemas cotidianos o exigencias diarias si no es gracias a alguna de ellas (por ejemplo, los tranquilizantes o, en otros casos, la cocaína). Así mismo, suele ser también uno de los métodos más utilizados para aliviar problemas de tipo emocional. En estas situaciones diremos que el consumo de sustancias psicoactivas es un efecto o una consecuencia de problemas previos.



A este respecto, el uso de las drogas parece estar fuertemente relacionado con problemas de relación, principalmente entre la población adolescente donde se dan otros factores de riesgo. Los estudios epidemiológicos muestran que en los trastornos de ansiedad se da una mayor frecuencia de consumo de sustancias psicoactivvas, con una prevalencia de trastornos por consumo de sustancias del 24%, principalmente en la agorafobia, fobia social y el trastorno por estrés postraumático. A la par, los adictos a sustancias psicoactivas presentan trastornos de ansiedad con mayor frecuencia de la esperada. En los dependientes del alcohol, la prevalencia de estos trastornos oscila entre el 22 y el 68%, destacando la agorafobia, el trastorno obsesivo-compulsivo y la fobia social. En los dependientes de opiáceos son también frecuentes los trastornos de ansiedad (16-28%), principalmente la agorafobia, la fobia social y el trastorno de pánico, y en los dependientes de cocaína se describen con cierta frecuencia, las crisis de ansiedad.
En la actualidad, existe cierta flexibilidad entre la población ante la conducta de consumo de sustancias legales, incluidas ciertas licencias ante conductas perturbadoras si éstas van enmarcadas en un entorno de ocio. En la población adolescente, esto parece dilatarse hasta el punto de aparecer actitudes favorables hacia la droga. De alguna manera, entre una buena parte de la población adolescente se imponen unos nuevos valores frente al ocio y la diversión. Como consecuencia, dentro del contexto lúdico, se ven con buenos ojos actitudes explícitas de pérdida de control, acumulación de bebidas y búsqueda de nuevas emociones, aunque éstas se salgan de los patrones adaptados de conducta. La unión del consumo de drogas con el ocio, con la evasión, con el bienestar y con el consumo abusivo de alcohol, resulta una mezcla fatal con resultado de diferentes trastornos de ansiedad para muchos consumidores.



Los trastornos de ansiedad se multiplican en la actualidad. Están produciéndose una serie de cambios sociales relacionados con la tecnología, la imagen personal, la economía, la educación, el mundo laboral, etc., con una velocidad basada en las necesidades del consumo, que está llevando a muchos y, sobre todo a los más jóvenes, a una incertidumbre que, con frecuencia, termina por producir un escepticismo o una frustración social, de la persona que se busca una salida por las más variadas vías, entre las que se encuentra el consumo de sustancias psicoactivas. Alguna de las vías eficaces para prevenir tal conflicto consiste en llevar a cabo en el ambiente escolar, en un contexto de trabajo cooperativo en grupo, programas de entrenamiento de ciertas habilidades sociales de autonomía, independencia y críticas, que consigan que adolescentes y jóvenes se forjen una adecuada y sólida identidad, lo que fortalecería tanto la autoestima como sus capacidades de afrontar con éxito las seductoras llamadas sociales de las sensaciones artificiales de felicidad.



Hemos examinado que el empleo de las técnicas conductuales, dentro de programas multimodales más amplios, demuestran su eficacia (Silveman, 2004), primordialmente a corto plazo. Pero lo cierto es que la concienciación social, familiar y general continua siendo inestable. Quizá las futuras líneas de investigación tengan que dirigirse a resolver algunas deficiencias relacionadas con estos aspectos, que mejoren los resultados a medio y largo plazo de los programas.



Fuente: trabajosindrogas.blogspot.com

viernes, 11 de marzo de 2011

Por que a mi?

Codependencia

Por la Dra. Ana T. G-Paullada de Cantú





Definición: Se considera Codependiente aquella persona que tiene algún familiar o relación cercana (pareja, etc.) con la enfermedad de Químico Dependencia (Alcoholismo y/o Farmacodependencia), llegando a desarrollar actitudes maladaptativas dentro de la relación, y sufrimiento emocional.


La principal característica del codependiente es su HIPERTOLERANCIA, refiriéndose a la capacidad de soportar emociones o situaciones que otras personas no tolerarían y por tiempo prolongado.


Dentro de las actitudes maladaptativas tenemos:

a. Sobreprotección (responsabilizarse por el bienestar de los demás, mentir por otros…)

b. Necesidad de control (vigilar, corregir, cambiar a los demás…)

c. Rescatar (liberar de los problemas a los demás)

d. Pérdida de límites (¿Hasta donde me corresponde? Incapacidad de decir no. Renuncian a sus propias necesidades, etc.)

e. Baja autoestima (miedo al abandono, inseguridad, etc.)

f. Tolerancia alta ("aguantan" y toleran actitudes de otras personas.    Permitenque se les invada)


g. Funcionamiento en espejo (por ejemplo: Si él o ella está bien, yo estoy bien; pero si está mal, yo estoy peor)


Estas son solo algunas de las actitudes maladaptativas más sobresalientes, existiendo un gran rango dentro de estas. Emocionalmente los codependientes sufren, y principalemente se observa:


a. Culpa (¿si no hago esto o aquello? ¿si le pasa algo? ¿tendré yo la culpa?)


b. Miedo a las actitudes. Miedo a la incertidumbre, etc.


c. Resentimientos, coraje e incluso vergüenza hacia la persona enferma ("viciosa") y hacia sí mismo.

La Codependencia es un problema que si no se trata puede llevar a la persona a enfermarse, es decir, es un proceso que puede ir empeorando con el tiempo.El Codependiente trata de controlar o cambiar su entorno, incluyendo aquí a las personas. Puede pensar que de esta manera ella (o él) se sentirá más tranquila, es decir la solución la busca fuera de ella, no dentro de ella (cambiar a los demás, en lugar de un cambio personal). Esto puede resultar sumamente frustrante y desgastante.


Todo ésto con el tiempo se vuelve una forma habitual de actuar, buscando en forma inconsciente gente que la "necesite" o a la cual ella pueda ayudar. Esto permite que su baja autoestima reciba ciertas "inyecciones" de bienestar, porque se siente útil o incluso es importante para los demás. Aquí el problema radica en que el Codependiente es capaz de anteponer las necesidades de otros antes que las propias, y cuando se relaciona con personas químico dependientes esto es sumamente agotante y frustrante. Es muy frecuente que hijas o hijos de alcohólicos sean codependientes. En un inicio un hijo(a) de un alcohólico (a) desarrolla actitudes dentro del nucleo familiar, que le sirven a un propósito: adaptarse y sobrevivir. Posteriormente puede involucrarse emocionalmente con algún químico dependiente o con alguna persona conflictiva, en donde su hipertolerancia se pone en juego.

Conforme el Codependiente va manejando su hipertolerancia, sometiéndola a un gran estrés, llega un momento en donde presenta crisis, que le puede llevar a trastornos tales como: depresión,ansiedad, trastornos en el apetito, fobias, etc., y es entonces cuando necesita ayuda personal.

En resúmen, el codependiente pierde el control de su propia vida y sus propios límites, e invierte toda su energía en el resto de las personas, tiene una gran necesidad de pertenecer, de ser útil y paga un precio muy alto por ello. Lo importante es ver que la Codependencia es una forma de relación
inadecuada, y que se puede modificar una vez que el codependiente acepte la ayuda. Esto es de las partes más difíciles, puesto que el codependiente dentro del núcleo familiar funciona como el "responsable" y el "bueno". Supuestamente el único que está "mal" y es el" culpable de todo" frente a la gente, es el Químico Dependiente, por lo tanto hay que "cambiar", "curar", etc., al Químico Dependiente únicamente. Con este razonamiento el Codependiente pospone su propia ayuda hasta que presenta alguna otra complicacion, como ya explicamos, la depresión, trastorno de ansiedad, fobias, trastornos en el apetito, somatización (gastritis, úlcera), etc.

Las preguntas serían ¿Cuánto tiempo ha invertido el codependiente en ayudar y tratar de cambiar a su Químico Dependiente? y ¿Qué va a suceder si el Químico Dependiente no puede o no quiere cambiar de acuerdo a sus expectativas? ¿Qué otras alternativas tiene el Codependiente?

La respuesta, tal vez no tan obvia a la última pregunta es: Buscar ayuda profesional para el propio Codependiente. Se ha visto que cuando un Químico Dependiente entra a un programa de rehabilitación, y la familia (Codependientes) participan también en su propio programa de recuperación, las posibilidades de rehabilitación para el Químico Dependiente y toda la familia se incrementan en forma muy importante. Incluso se ha visto que si el Codependiente comienza su rehabilitación, aunque el Químico Dependiente no lo haga, el pronósito es bueno para la familia. La familia no produce la enfermedad de la Químico Dependencia, pero sin un programa adecuado, sí la puede prolongar.

martes, 8 de marzo de 2011

Una moda que conlleva riesgos

Alcohol y energizantes: un dúo peligroso

Más del 40% de las intoxicaciones alcohólicas de jóvenes de entre 17 y 27 años, de clase media y alta, es por esta asociación.

Se ha dicho mucho acerca de las bebidas energizantes, de sus efectos positivos y de sus potenciales riesgos. Sin embargo, lo que realmente preocupa hoy es su asociación con las bebidas alcohólicas. Según cifras del Ministerio de Salud bonaerense, las bebidas energizantes están presentes en más del 40% de las intoxicaciones por alcohol que se dan en los jóvenes de 17 a 27 años, de clase media y alta.

"El uso asociado de bebidas energizantes y alcohol, cualquiera que sea la bebida alcohólica, lo que hace es aumentar el riesgo de intoxicación, porque las energizantes contrarrestan los efectos iniciales del alcohol, lo que permiten que la persona tome más", explicó a La Nacion la doctora Ana Girardelli, jefa del Servicio de Toxicología del Hospital de Niños Sor María Ludovica, de La Plata.

El efecto estimulante de la cafeína y de otros ingredientes de estas bebidas, como el guaraná, demora la aparición de síntomas como las náuseas, las alteraciones en el habla o el malestar general, que indican que se ha bebido demasiado alcohol. Para peor, "el efecto enmascarador de las energizantes es más corto que el del alcohol, por lo que cuando se retira aflora la intoxicación alcohólica con toda su fuerza".

Así, la única diferencia entre una intoxicación por alcohol y otra en la que se lo ha combinado con energizantes es que en esta última se pasa más rápidamente de la lucidez a la depresión de la conciencia.


Sobrio, pero no tanto


"Mezclar alcohol con bebidas energizantes genera una sensación subjetiva de estar menos alcoholizado, por lo que resulta en un mayor peligro de intoxicación alcohólica", advirtió la doctora Mónica Katz, directora de la carrera de especialista en nutrición de la Universidad Favaloro.

Esa sensación de estar sobrio cuando uno no lo está puede llevar incluso a conducir un auto cuando no se está en condiciones de hacerlo. Recientemente, el diario The New York Times recordó el caso de Donte Stallworth, que tras consumir tequila y energizantes en grandes cantidades atropelló a un peatón. Al momento del accidente, Stallworth estaba convencido de estar sobrio.

"No hace falta demostrar que tomar alcohol en exceso provoca desbordes en el estado emocional e inhibe los reflejos necesarios para manejar. Pero es lo mismo que tomar café después de haber tomado alcohol, y creer que se está bien para manejar. El culpable sigue siendo el alcohol", opinó Martha Melgarejo, del comité técnico de la Cámara Argentina de Alimentos Dietéticos y Afines, que agrupa a las empresas de bebidas energizantes.

Melgarejo recuerda que una lata de energizante contiene unos 80 miligramos de cafeína, mientras que un café expreso tiene 100. Para esta química y tecnóloga en alimentos, "no está demostrado que las bebidas energizantes potencien el efecto del alcohol. Este, con o sin bebida energizante, disminuye la respuesta del organismo".

"Hoy, en la Argentina, el alcohol es un problema grave, en todas las edades, en todas las clases sociales y en todos los momentos del año -señaló Girardelli-. Pero los jóvenes de clase media y alta lo asocian con bebidas energizantes para poder consumir más alcohol."

"No es que haya que prohibir las bebidas energizantes, sino que no hay que asociarlas con el alcohol."



Cuando su consumo reporta beneficios


Si bien la asociación de bebidas alcohólicas y energizantes aumenta el riesgo de intoxicación alcohólica, lo cierto es que estas últimas pueden ser de gran utilidad en ciertas situaciones. "Combinadas, la cafeína y la taurina, presentes en muchas de estas bebidas, mejoran la performance cardíaca, cognitiva, el humor y la alerta. La taurina, por su parte, previene el estrés generado por el ejercicio", dijo la doctora Mónica Katz, que advirtió que la recomendación es no consumir más de dos latas de estas bebidas por día. "Estas bebidas no se recomiendan en personas sensibles a la cafeína, los bebes, las embarazadas y las personas con riesgo cardiovascular."




Fuente: Diario La Nación

jueves, 3 de marzo de 2011

La imaginación al poder ROBIN WILIANS

Una botella de agua común y corriente le sugiere un viaje a la playa y de allí pasa a las costas de San Francisco, ciudad en la que vive, donde hace unos meses encallaron unas ballenas sin que nadie supiera por qué. Pero eso no detiene al comediante que rápido escenifica para los periodistas invitados por el estudio de cine a esta ciudad, un diálogo entre los mamíferos hablado en perfecto idioma balleno. Y mientras su público empieza a reírse, él ya pasa a otro tema. Uno mucho más personal.

"Ahora puedo hablar de mi alcoholismo porque estoy del otro lado. El año pasado esta entrevista hubiera sido muy distinta", explica serio, pero apenas por un segundo, porque para ejemplificar lo dicho se imita a sí mismo bajo los efectos de las drogas y el alcohol, adicciones con las que el actor batalla desde el principio de su carrera y que en 2006 lo devolvieron a un centro de rehabilitación.


"El programa empieza cuando salís de la clínica. Si tu fiesta de cumpleaños la organiza una marca de vodka entonces lo más factible es que no estés muy comprometido con tu rehabilitación", dice Williams, haciendo referencia al fallido festejo de cumpleaños de Lindsay Lohan, y continúa: "Tenés que tener claro que la rehabilitación es como un entrenamiento militar, en el que quitás todas las fiestas del medio y te sentás con otra gente que está pasando por lo mismo que vos. Los escuchás hablar de lo que perdieron, de cárceles y de experiencias cercanas a la muerte y cómo aun así siguieron tomando y te das cuenta de que no estás solo", recita Williams como si fuera el mejor alumno de la escuela de la vida sana de las estrellas. Pero claro, más allá del cuidado que merece este tema, para él, todos los territorios son de libre comercio de bromas.


"Alguna gente puede tomar y otra no. Así como hay personas que pueden comer azúcar y otras no. Ser adicto es como ser diabético; claro que no se ve a mucha gente parada afuera de las panaderías diciendo: «Dame un dólar para comprar una medialuna y luego volvámonos locos»", se burla este hombre que después de recibir tres nominaciones al Oscar finalmente se lo llevó por su personaje del film En busca del destino. Allí, el comediante dejaba lugar al actor y se ponía en la piel de un deprimido psicólogo que funcionaba como figura paterna del perturbado Will Hunting, que interpretaba Matt Damon. Ese, el de padre, es un papel que Williams conoce a la perfección. Tiene tres hijos y, para su sorpresa, dos de ellos recientemente decidieron dedicarse a la actuación.